CODO DE TENISTA: CÓMO TRATARLO Y QUÉ HACER PARA EVITARLO

CODO DE TENISTA: CÓMO TRATARLO Y QUÉ HACER PARA EVITARLO

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El dolor de codo es muy común pero es importante saber su causa, cómo tratarlo con fisioterapia y la mejor forma de prevenirlo.

El codo de tenista, técnicamente conocido como Epicondilitis lateral, es una de las lesiones más comunes. Se produce una inflamación en los tendones (tendinitis) de los músculos que van al codo y se van a encargar de extender la muñeca y supinar el antebrazo, es decir, girar la palma hacia arriba.

Codo de tenista

Esta inflamación se produce por pequeñas microrroturas e irritación continua de estos tendones y cursa con mucho dolor en la zona externa del codo, causa principal por la que se busca fisioterapeuta. Además de ese dolor localizado, vamos a encontrarnos falta de fuerza y dolor al coger objetos pesados y no tan pesados, como puede ser un simple vaso de agua o hacer algún gesto como abrir una puerta o desenroscar una tapa. Este dolor puede llegar incluso a subir por la zona del bíceps o irradiarse por todo el antebrazo.

Pero ¿por qué tengo codo de tenista si no juego al tenis ni al pádel?

A pesar del nombre que recibe la lesión, el 85% de las personas diagnosticadas con codo de tenista no hacen ningún deporte de raqueta. Esta inflamación se produce por dos motivos:

  • Por un movimiento brusco que implique una rotura o un estrés muy fuerte a esta zona como puede ser un golpe, una caída.
  • Por movimientos repetitivos de extensión de muñeca lesivos. Estos son los más comunes entre la población. Entre estos tenemos a los que hacen un mal gesto deportivo repetitivo, las personas que trabajan con ordenadores y mantienen la muñeca en extensión durante muchas horas al día, personas cuyos trabajos requieren una alta implicación de muñeca y codo, como pueden ser jardineros, pintores, peluqueras, albañiles e incluso en labores del hogar como puede ser planchar, barrer, limpiar los cristales y un amplio etcétera.

TRATAMIENTO

Es importante tener en cuenta que es una lesión que puede llegar a dar muchos problemas (pudiendo llegar a tardar en desaparecer entre 6 meses y 2 años en los peores casos). NUNCA SE VA A CURAR SOLA. Por ello, cuanto antes se recurra a fisioterapia, mayores posibilidades de una pronta recuperación tendremos (sin llegar a ser un dolor de meses). Estos/as profesionales valorarán qué es exactamente lo que necesita su codo y si es necesario ampliar el tratamiento a zonas cercanas como el antebrazo o el brazo.

El tratamiento será diferente en cada caso, valorando las circunstancias personales de cada uno  e intentando averiguar por qué ha aparecido esta lesión. Pero el fin va a ser el mismo, reducir la inflamación y eliminar el dolor. Para ello, utilizaremos el hielo como nuestro gran aliado, poniéndolo sobre el codo aproximadamente 5 minutos, no más, varias veces al día. De esta manera reduciremos poco a poco la inflamación.

El hielo por sí solo no va a conseguir que desaparezca el dolor. Necesitaremos otras técnicas que aplicará el o la fisio como Cyriax (masaje transverso profundo que llega a los tejidos más profundos y ayudar a su reorganización), masajes de descarga sobre la musculatura afecta, punción seca para tratar puntos gatillo, Ultrasonido, TENS, kinesiotaping (vendajes neuromusculares), entre otros. Además nos enseñarán a realizar estiramientos para aumentar la elasticidad y evitar las retracciones.

Una vez vaya mejorando la sintomatología, se irán aprendiendo ejercicios isométricos, concéntricos y posteriormente excéntricos, que permitan un aumento de la fuerza y la resistencia, evitando posibles recaídas. Os dejo un enlace donde podéis ver un video como  ejemplo en el siguiente video. Recordad no hacerlo nunca sin un profesional que le indique y le corrija posibles malas posturas y errores. 

PREVENCIÓN

Algo que no debemos olvidar es la prevención de esta lesión, tanto para los que ya lo han sufrido, como para los que esto es algo nuevo. Es cierto que no siempre vamos a poder evitarlo, ya que hay trabajos que implican mucho a esta musculatura como hemos dicho anteriormente. Pero si podemos intentar fijarnos en cómo es nuestra postura a la hora de realizar nuestro trabajo. Por ejemplo en personas que trabajan con ordenadores  ¿a qué altura tenemos el teclado?, ¿podemos poner una almohadilla debajo de la muñeca?, ¿podemos cambiar el ratón de lado?, en peluqueras ¿tenemos una buena posición del hombro?, ¿está la persona demasiado alta?, en el hogar ¿estoy cogiendo bien la plancha?, ¿puedo usar algo que me ayude para limpiar los cristales?, en el deporte ¿estoy haciendo el ejercicio con mancuernas correctamente?, ¿estoy dando bien el golpeo al saco de boxeo?, ¿sujeto bien la raqueta?. 

Dentro de esta prevención intentaremos fortalecer la musculatura de todo el tren superior para evitar sobrecargas, siempre de una manera progresiva y controlada por un profesional, sin olvidarnos de calentar antes de realizar cualquier actividad y estirar después de esta.

Por último, destacar que a pesar del uso tan extendido de las coderas, no hay evidencia científica sobre que su uso como tratamiento sumado a otros mejore el resultado global del codo de tenista. Sin embargo, puede llegar a dar cierta seguridad a la persona que ha  sufrido este problema y empieza a realizar de nuevo su actividad. En este caso, permitiremos el uso de la codera exclusivamente en el momento que haga esa actividad y que intente quitársela progresivamente sintiéndose sin miedo al hacer el ejercicio.

En conclusión, es una lesión muy común que puede ser producida por mil motivos pero que hay que intentar mantener una buena condición física para intentar prevenirlo y hábitos posturales saludables.

El tratamiento puede ser muy diverso, siempre llevado a manos de tu fisioterapeuta que valorará la mejor técnica en cada caso y nos ayudará a una recuperación más eficaz y más rápida evitando recidivas.

Para acabar y, como siempre digo… ¡Lo mejor para la prevención es entrenar de manera inteligente y con moderación!

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