DIETA PALEO 2: CÓMO ADAPTARLA A NUESTRO TIEMPO

DIETA PALEO 2: CÓMO ADAPTARLA A NUESTRO TIEMPO

Parece interesante comer como en el Paleolítico pero adaptando nuestra dieta y aprovechar los alimentos interesantes que ahora disponemos.

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Por ello, os traigo unos pequeños consejos para adaptar esa forma de nutrirse añadiendo los buenos alimentos que hemos descubierto a lo largo de nuestro tiempo gracias a los avances de nuestra época y así hacer de nuestra dieta una alimentación saludable.

– CAMBIA LAS PROPORCIONES.  Antes de empezar a cultivar cereales, nuestros antepasados distribuían las calorías de su dieta de manera muy distinta a como lo hacemos nosotros en la actualidad. Aproximadamente se repartían en un 20-35% de proteínas (en su mayoría de origen animal, 30-50% de grasa y 20-30% de hidratos de carbono.

Hasta hace unos años, una ingesta tan alta de proteínas y grasas se hubiera desaconsejado (ver anteriores artículos al respecto). No obstante, las últimas recomendaciones nutricionales para personas deportistas y con una vida muy activa (lo más parecido a comer como en el Paleolítico) establecen ingestas más altas de proteínas y grasas saludables similares a las anteriormente mencionadas.

No obstante, en la actualidad, no consumimos animales salvajes criados en plena libertad. En el Paleolítico era necesario un gran desgaste físico para cazar una pieza grande, algo que además no se lograba todos los días. Y esta es la gran diferencia que tenemos con respecto a ellos. Tenemos que cuidar la alimentación, podemos comer como en el Paleolítico, pero no nos vale con eso… ¡Tenemos que movernos más!

– MÁS ALIMENTOS VEGETALES Y CRUDOS. Todas nuestras comidas deberían incluir un alimento vegetal, a ser posible con cáscara y a mordiscos, ya que de este modo se aprovechan mejor sus propiedades y nos sacian más. Una ensalada admite mucho más que lechuga y tomate. Añade espinacas, zanahoria, pepino, remolacha, aguacate…

Elige frutas y verduras de temporada ya que estarán en su mejor momento. Os dejo un enlace donde podéis ver todas según su temporada.

– ELIGE MEJOR LOS CARBOHIDRATOS. Todos los macronutrientes son importantes y deben estar presentes tanto los hidratos grasas y proteínas. Aunque aumentemos los porcentajes de proteínas y grasas saludables en nuestra dieta, continuamos necesitando los hidratos de carbono para mantener activo nuestro cuerpo y nuestro cerebro, rellenando los depósitos de glucógeno del hígado y del músculo, especialmente tras un ejercicio intenso y prolongado.

Normalmente, cuando hablamos de hidratos de carbono, tendemos a pensar en cereales y sus derivados. Pero hay otras muchas fuentes interesantes de hidratos. En el Paleolítico, nuestros ancestros se mantenían fuertes y sanos sin apenas consumir cereales gracias a la fructosa natural de las frutas que recogían y los carbohidratos de las zanahorias, calabazas y otras verduras.

Los cazadores-recolectores no comían habitualmente legumbres, aunque es muy probable que lo hubieran hecho si hubieran conocido su poder saciante, su excelente aporte de hidratos de carbono y fibra y su alto contenido en proteína vegetal. Este es uno de los productos que aunque no estaban en la dieta del Paleolítico, debemos usar para hacerla aún mejor.

Pero, ¿Por qué os animo a moderar el consumo de cereales pero elegir otras fuentes de carbohidratos? Sencillo.  La aparición del cultivo de cereales y su consumo trajo cosas muy buenas para la expansión de la raza humana ya que había más alimento disponible, pero, en las últimas décadas, debido a llevarlo al extremo, también ha podido traer la epidemia de la obesidad que hoy en día azota nuestra sociedad.

– EVITA LOS ALIMENTOS PROCESADOS. Para hacer pasta, bollería o alimentos preparados, a los cereales se les quita la fibra y se les añaden grasas hidrogenadas, perjudiciales para la salud, azúcar, colorantes, conservantes… Por eso debes eliminar los productos procesados que han perdido su forma original y/o añadido todos estos ingredientes de mala calidad o modificados a peor por la exposición a las altas temperaturas para su producción.

– ESCOGE BIEN LAS GRASAS. Aunque, como dijimos antes, han tenido mala fama durante mucho tiempo, son un alimento básico en nuestra dieta, sin las que no podríamos sobrevivir. El problema es que, en la actualidad, sufrimos un auténtico bombardeo de grasas poco saludables.

Los alimentos procesados están repletos de grasas trans, aceites de origen vegetal que se alteran al exponerlos a altas temperaturas.

Debemos tomar fuentes de grasas saludables, como las semillas, aceitunas, aguacates, frutos secos, pescado azul y carnes magras. Evita, eso sí, cocinar a altas temperaturas y reutilizar el aceite. Mejor cocer los alimentos al vapor o asados y usar después el aceite de oliva crudo o en las ensaladas.

– En resumen y para acabar. TEN TU PROPIO CRITERIO Y COMPLEMENTA LA DIETA PALEO CON LOS ALIMENTOS SALUDABLES DE HOY EN DIA QUE TE GUSTEN A TI. Puedes comer como en el Paleolítico pero con cabeza…

Analizar y seguir la dieta de nuestros antepasados del paleolítico no debe convertirse en una especie de dogma. Los hombres del paleolítico comían lo que podían y se movían mucho, por eso estaban en tan buena forma física. Lo importante es el estilo de vida.

Que nuestros antepasados de la península no tomasen pimiento o tomate (alimentos originarios de América) no significan que esos alimentos no sean sanos, sencillamente que no les era posible disfrutar de sus beneficios. No debes dejar de tomarlos porque ellos no lo hicieran. Lo mismo ocurre con el aceite de oliva virgen extra o las legumbres.

Del mismo modo, debes plantearte si en tu caso es beneficioso eliminar por completo los cereales o los lácteos. Una buena elección es probarlos y comprobar cómo te sientan estos alimentos. Claro está, siempre y cuando no tengas ningún trastorno alimenticio. De ser así te remitimos como siempre a un especialista en nutrición y/o médico pertinente. 

Tampoco debes ser extremista y comerte los alimentos crudos, siempre es mejor cocinarlos para evitar intoxicaciones alimentarias.

Espero haberos ayudado para aplicar un poco de cordura en esto de la dieta Paleo. Comer como nuestros antepasados sí, pero con los buenos productos de nuestros días y, sobretodo, manteniendo una vida activa. Un abrazo y… ¡A darle caña equipo!

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